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lunes, 25 de julio de 2011

Juvenal Ravelo convirtió a Los Flores de Catia en un museo al aire libre

Volverá a los museos en octubre próximo

En el Centro de Arte Daniel Suárez, en la Alta Florida, el maestro cinético abrirá una muestra individual en la que expondrá una parte de su trabajo con las comunidades

“Juvenal: Sé que andas de pueblo en pueblo despertando a la gente con los colores de la conciencia, si los pueblos no despiertan nunca alcanzarán la felicidad”. Eso lo escribió el cantor del pueblo, Alí Primera, en una tarjeta postal enviada al artista plástico Juvenal Ravelo, cuando este cursaba estudios de sociología del arte, en la Paris Sorbonne Université, de Francia, por el año 1976.

Desde aquellos años Ravelo no ha parado de “despertar conciencias”, como lo hizo en la comunidad cercana a la calle Real de Los Flores de Catia, convertida desde el primer trimestre de este año en un museo al aire libre donde se exhiben cerca de 16 murales y un número similar de frases que invitan a la reflexión; todo, realizado con la participación directa de la comunidad.

EL ABREU DE LAS ARTES PLÁSTICAS

Incluso ante de regresar de París en los años setenta, Ravelo se planteó la meta de crear en Venezuela algo similar a lo que hizo el maestro José Antonio Abreu con el Sistema Nacional del Orquestas Infantiles y Juveniles de Venezuela, pero con las artes plásticas.

Mediante el proyecto Arte de Participación en la Calle, Juvenal Ravelo se acerca a las comunidades y ofrece talleres en los que combina información sobre principios estéticos con valores humanos y ciudadanos.

“Primero nos reunimos con la comunidad, hacemos un censo para conocer los potenciales educacionales y culturales que tiene y a partir de allí preparamos los talleres. Una vez que la comunidad recibe la información, viene un proceso de motivación y comienzan a trabajar con nosotros. En el resultado final se operan dos cambios: la transformación física del entorno, de la calle, y la transformación en la forma de pensar de la gente. Les enseñamos también a buscar la calidad de vida”, explicó el artista, en entrevista con el Correo del Orinoco.

La primera experiencia con este movimiento emprendido por Ravelo tuvo lugar en Caripito, su pueblo natal del estado Monagas. “Lo llevé como un regalo cuando vine de París para plasmar esa idea ahí, en 1975”, recordó. Después de eso repitió en Margarita, en 1990. Al año siguiente el proyecto se concretó en el estado Sucre: en Cumaná, Güiria y Chacaracual.

“Siempre lo hacemos donde esta la pobreza, porque lo que nos anima no es solamente la parte estética, sino devolver la felicidad a la gente también. Una vez que se va operando todo este cambio la gente se siente más feliz con su ambiente limpio”, comentó.

“La gente lo agradece mucho”, agregó Ravelo. Inclusive, entre esas manifestaciones de cariño y agradecimiento algunas comunidades le han pedido al maestro que se postule para algún cargo de elección popular para votar por él.

“No lo haría”, respondió sin pensarlo. “Mi ámbito de acción es el arte. Yo quiero seguir cambiando a la gente desde el arte. Acá (en Catia), hay gente de diferentes criterios ideológicos, pero como en este caso el sol sale para todos, hemos logrado la unión de la gente en defensa de su medio, de su propia comunidad, es un paso importante porque todos unidos producen el cambio”, relató el creador.

IMPOSIBLE SIN APOYO

En el proyecto Arte de Participación en la Calle interviene, junto al maestro, un equipo base conformado por la socióloga y psicóloga Ligia Mujica de Tovar; el diseñador Adolfo Alayón y el también artista plástico Carlos Álvarez Olbes. Al proyecto de la calle Real de Los Flores de Catia se sumaron Hugo Sánchez, luchador social que colaboró especialmente en el contacto con la comunidad, y los ingenieros José Luis Dávila, Evelyn Ruiz y Francis Arroyo, encargados de la remodelación de algunas viviendas.

Uno de los principales deseos de Juvenal Ravelo es que otros artistas e instituciones se sumen a su proyecto. “El problema es que estamos solos en esto. Y yo seguiré porque de que se produce un cambio se produce. Acá en Los Flores de Catia yo vi ese cambio; ahora la agente sí tiene que ver con el arte y sí habla del arte”.

EL ESLABÓN PERDIDO ENTRE EL ARTE Y EL PUEBLO

Durante sus estudios e investigaciones sobre sociología del arte, Juvenal Ravelo aprendió que durante diferentes épocas se buscó una conexión del arte con el pueblo. Así, existió el realismo socialista, que plasmó la miseria de los sectores deprimidos.

“Pero de esa manera, una vez que las obras las adquirían los coleccionistas, la relación con el pueblo se perdía, porque el artista ya no veía más al pueblo, ni el pueblo a los artistas”, explicó el maestro.

Esa misma conexión se buscó durante la Revolución Mexicana y la Revolución Rusa. Las esperanzas se avivaron con las posibilidades de interacción entre el público y las primeras piezas tridimensionales de arte cinético.

“Luego de estudiar todo eso, dije que iba a hacer un arte de la participación, un mecanismo por el cual el pueblo participe. Entonces, estando aún en París, comencé con los módulos cromáticos, jugos cromáticos para las fachadas con armonía por analogía. La gente escogía su color y lo colocaba a su gusto”, recordó Ravelo.

La idea no le llegó al maestro sólo por la parte académica; también observó que la gente, en su forma de vestir y pintando sus casas, buscaba armonizar con los colores. Mezcló sus estudios con la observación de la cotidianidad y elaboró una suerte de manifiesto como base para su trabajo.

“En ese pequeño texto refiero, entre otras cosas, que se ha buscado mucho esa participación del pueblo, de los desheredados, pero que dentro de los cánones de las exposiciones, en los museos y galerías de arte, eso nunca se va a lograr; el pueblo nunca va a ir a esos lugares”, sentenció.

A juicio del artista, a pesar de que se hacen esfuerzos por integrar a las comunidades con los museos y viceversa, todavía no ha detectado una manera realmente efectiva para conseguirlo. “El museo tiene que cambiar, el museo no puede quedarse con las obras en actitud contemplativa, tiene que dinamizarse”.

En este sentido, recordó una propuesta del Museo de Arte Contemporáneo del Zulia, en 1985. En esa oportunidad le propusieron dar los talleres a la comunidad, y en lugar de pintar en las calles, llevaron a la gente al museo.

“Hicimos una estructura geométrica para que ellos pintaran en cada cuadro lo que pensaban que sería interesante. Había señoras de hasta 85 años pintando junto con niñas y niños; eso fue espectacular”.

LUZ Y COLOR EN EL NUEVO MILENIO

En el mes de octubre el maestro de arte cinético abrirá su nueva exposición individual, Luz y color en el nuevo milenio. La muestra, conformada por unas 40 piezas, tendrá lugar en el Centro de Arte Daniel Suárez, en la Alta Florida de Caracas.

La mayoría de las obras serán en formato tridimensional. Sin embargo, también se expondrán fotografías y videos del proyecto Arte de Participación, en la calle Real de Los Flores de Catia.

“Esta vez voy a hacer una prueba: Cuando abra la exposición, voy a invitar a la comunidad. Voy a venir a Catia a invitar personalmente a la comunidad, para que ellos también formen parte de ese mundo y para que vean mi obra individual”, adelantó.

Dentro de sus proyectos, tiene pensado terminar otra experiencia comunitaria emprendida cerca de El Calvario. “Íbamos por la mitad del trabajo, pero no terminamos porque la lluvia tumbó unas casas. Yo espero que Fundacaracas retome con nosotros el proyecto, porque quedamos con la gente en que íbamos a continuar. No es bueno que pase mucho tiempo”, recomendó.

Diario Correo del Orinoco 25 julio 2011 http://correodelorinoco.gob.ve
T/ Luis Jesús González Cova
F/ Andreína Blanco

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